La joven asesina Hit Girl y el patrullero Kick Ass intentan llevar la típica vida normal de dos adolescentes en el instituto. Pero al acercarse el momento de graduarse y, ante un futuro incierto, no se lo piensan y se unen al grupo Justice Forever, dirigdo por un ex-miembro del hampa convertido al bien, el coronel Stars and Stripes. La trama de la película se centra entonces en los intentos del malo malísimo Chris D’Amico, antes conocido como Bruma Roja y ahora como The Mother Fucker, de vengarse de lo que Kick Ass y Hit Girl le hicieron a su padre. Lo que se espera de ella: Ya son muchos los apelativos que ha suscitado la primera entrega de Kick Ass (“la Pulp Fiction de los superhéroes”, “un Kill Bill juvenil”, “el Don Quijote de los cómics”…), es cierto que también se vertieron en su momento críticas negativas, pero la mayor parte de las voces valoraron positivamente la ariesgada propuesta. Los elementos más destacados a la hora de valorarla fueron: Primero, la desmitificación del superhéroe, demasiadas historias contadas con el mismo patrón, las mismas ideas y las mismas reflexiones donde los únicos cambios que el espectador observaba en este tipo de películas era el color del antifaz y los avances técnicos. Segundo, una producción inteligente, desde la elaboración del guión con sus giros narrativos, evolución de personajes, diálogos… hasta la dirección (sobre todo en lo que respecta a las secuencias de acción y al buen el ritmo conseguido pese a su duración). Tercero, Chloe Grace Moretz, porque es que esta joven actriz realiza una gran interpretación e insufla a la película una fresca, convincete y motivadora energía que se percibe durante todo el metraje. Hablamos de una secuela, el factor sorpresa como en otras muchas secuelas, se pierde. Se ha perdido también, la participación de Nicolas Cage, de Mark Strong… También se ha perdido la excelente dirección por parte de Matthew Vaugh. Todo eso y suponemos que otras muchas cosas más. Pero bueno, hay algo que en nuestro caso no hemos perdido y son las ganas de verla.
